Con parsimonia oriental (típicamente uruguaya) el gobierno empieza a tomar esas medidas que "todos sabíamos que había que tomar": Empardar la devaluta brasileña y recortar el subsidio pelotudo y exagerado que nos hace pagar el pan a $2.49 el kilo en Olivos.
Quiero decir, darle el subte a Mauricio, quitar subsidios a aeropuertos, bancos, aseguradoras y bingos son medidas plenas de racionalidad. Ahora, claro, es el mejor momento para ir por mas.
Aunque el recorte de 600 millones sobre los 75.000 millones que se destinan a subsidios puede parecer escaso (¿0.8% da? hago la cuenta en el aire...) es un avance en el sentido correcto. Y además muestra un saludable gradualismo.
El gobierno que nos gusta es así: Gradualista con algunas cosas (subsidios, por ejemplo cercano) y decisionismo palo y palo con otras (AUH, fútbol).
El kirchnerismo a estado casi siempre finisimo para acertar con que medida hacer cada cosa. Finisimo sobre todo si tenés mas de cuarenta y viste como se manejaban las cosas hasta 2003. Temblamos, al pensar en tener a la actual oposición manejando tales sutilezas políticas.
Acá, hace poquito, dijimos algo sobre subsidios (vamos a fantasear con que Amado.. no, para fantasear que sea Cristina...nos lee). Y acá, hace muchito, despegamos el tema subsidios del tema inflación.
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