Pobres Vs. Pobres (O de como el muerto pide que el degollado no lo toque)

En un olvidable posteo nos volvíamos comprensivos con los compatriotas de Belgrano preocupados por la toldería que les habían levantado los cartoneros.
La comprensión se basaba en que como muchos giles que vivimos en zonas medio bacanas como Olivos o Belgrano hay mas show virtual que reality show.
Dicho en cristiano: Cuando decís que vivís en Olivos algunos se echan para atrás como diciendo "Yabran... Yabran vivía en Olivos..." y te ponen en un casillerito de sus mentes.
No me quejo. Generalmente te favorece injustamente.
Te discrimina positivamente como se dice ahora.
Uno, que sabe quien es hace mucho tiempo y que como dijera Serrat "anda siempre con lo puesto" (un compatriota de Laferrere era mas tajante y decía: "Todos tenemos mierda en la panza") ya sabe como es el cuento, y también sabe que algunos se lo creen, como si vivir en Libertador y Juramento al lado del barrio chino (todo bien con la cultura china, pero hay que bancarse vivir en esos departamentos minúsculos, teniendo que estacionar el auto en la copa de los arboles, inundandote durante los últimos veinte años y los próximos dos...) fuera estar en la top high class.
No es así, los ricos de verdad deben estar en el Boating y esos countrys donde no entras solo con guita pero es indispensable tenerla.
¿Y que pienso? Que al tipo del Boating le importa un pito de los cartoneros a los que no cruza jamas, ni sabe bien que son. Y no es por insensible, es que no los ve nomas. Seguro que hasta hace donaciones.
Entonces la dicotomía entre pobres y ricos se revela falsa.
Se reputa inexistente.
Y pasa a ser entre mas pobres y menos pobres.
De ahí mi comprensión al compatriota de Belgrano aunque el se crea, quizas, parte de una raza superior.
Miren lo que paso en Monte Chingolo.
Y hoy estaba leyendo el suplemento mujer de Pagina/12 (¿Que diferencia con el de Clarín no chicas?) y me encontré con esta nota sobre la adolescente que tuvo trillizos por segunda vez y alguno de los conceptos de sus vecinos (que no necesariamente tienen que ser tan pobres como ella pero que comparten su espacio) fueron que, "le dieron una casa por abrir las patas".
La nota no tiene desperdicio. Tiene tantas aristas interesantes que cada una da para una larga charla.
Pero en general me deja la triste conclusión que para cuando tengamos la suerte de que la pobreza extrema deje de ser un problema económico por fuerza del derrame, de la redistribución forzada o de la acción de Moreno en pro (con perdón de la palabra...) de las masas sudorosas y desposeídas vamos a tener un problema cultural que reíte de Santa Cruz de la Sierra.