miércoles, 2 de mayo de 2018

Ignorancia inoculada, su disfraz de verdad, sus consecuencias

Robert N. Proctor, un historiador norteamericano de la ciencia que se dedica a estudiar como la ignorancia puede ser culturalmente inoculada en la sociedad. En 1995 inventó la palabra ‘agnotología’ (agnotology) para referirse al estudio de la producción de ignorancia.
A diferencia de la ignorancia de cuando no sabemos algo, la agnotología estudia la ignorancia inducida culturalmente, producida adrede por alguien a partir de una estrategia determinada para obtener ciertos efectos sociales.
Según Proctor, la agnotología es hoy aun más relevante que cuando la originó, porque ‘vivimos en la edad dorada de la ignorancia’. Y así como tenemos que entender quiénes y cómo producen conocimiento, también tenemos que entender quiénes y cómo producen ignorancia.
Como dijimos, la información es un producto, y falsificarla, adulterarla o producir escasez artificial puede ser un buen negocio.
En el caso del debate político se recurre a su absoluta degradación por medio de la retórica de la desinformación. Las "armas de distracción masiva" persiguen dos cosas: Negar la credibilidad de las fuentes, por muy solventes que sean y negar los propios hechos.
El efecto combinado de estas dos estrategias es brutal: la producción intencionada de ignorancia que, todo sea dicho, necesita de la colaboración no solo de políticos y publicistas, sino también de grandes medios de comunicación y periodistas comprados o voluntarios, logra resultados. produciendo la llamada posverdad.​
La ignorancia (ya no solo la información) es poder y la creación deliberada de ignorancia es la creación de poder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://indiepolitik.blogspot.com.ar/2018/05/millones-de-pesos-de-macri-y-schiaretti.html
¿habria q ir a la cidh u oea como hicieron magdalena y joaquin? ¿no?

no se queje si no se queja...