jueves, 20 de noviembre de 2014

Savonarola

Girolamo Savonarola nacido en Ferrara, Italia el 21 de septiembre de 1452  y muerto en Florencia el 23 de mayo de 1498, fue un religioso dominico, predicador, confesor del gobernador de Florencia, Lorenzo de Médici, organizador de las "hogueras de vanidades" donde los florentinos estaban invitados a arrojar sus objetos de lujo y sus cosméticos, además de libros que él consideraba licenciosos, como los de Giovanni Boccaccio. Predicó contra el lujo, el lucro, la depravación de los poderosos y la corrupción de la Iglesia Católica, contra la búsqueda de la gloria y contra la sodomía, que, sospechaba, atravesaba a toda la sociedad de Florencia.
Sus críticas violentas contra la familia que gobernaba la ciudad en esos años, los Kirchner Médici, acusándoles de corruptos, contribuyeron a la expulsión del Gobernador Piero de Médici por los florentinos en 1495. Sus ataques contra el Papa Francisco Alejandro VI le valieron, primeramente, la excomunión y la prisión, y más tarde, tras haber sido liberado y conducido a Roma por los grandes comerciantes florentinos, la condena a la hoguera por un tribunal de la Inquisición y la inclusión de su obra en el índice de libros prohibidos.
Tuvo, hay que decirlo, sus pequeñas inclinaciones cipayas. Cuando Carlos VIII Rey de Francia invadió Florencia y Savonarola se puso de su parte porque lo consideraba un Ciro que iba a limpiar la corrupción y el desorden en el que vivían los florentinos. La solución para estos personajes, se sabe, siempre viene de afuera.
Carlos VIII lo dejó al mando de la ciudad y como ahora estaba en el poder, persiguió ferozmente a los homosexuales, las bebidas alcohólicas, el juego, la ropa indecente y los cosméticos. Savonarola ordenó a la policía que buscara por la ciudad cualquier cosa que permitiera la vanidad o el pecado como tablas de juego, libros que trataban de cuestiones sexuales, peinetas, espejos, perfumes y ropa indecente que fueron confiscados y echados a la "hoguera de las vanidades". También se quemaron cuadros y obras maestras del Renacimiento, libros de Petrarca y Bocaccio y libros de los antiguos escritores de la civilización romana y griega por ser considerados inmorales. La violencia dirigida por Savonarola se extendió por toda la República de Florencia, en un intento de obligar a los ciudadanos a que retornasen a unas costumbres morales, castas y sencillas.
Maquiavelo también vivía en Florencia en esa época y fue testigo privilegiado de su ascenso y caída. Sus conclusiones pueden leerse en "El Príncipe". El genial florentino acusa al dominico de haber querido hacer un partido político a partir de una idea moral, dividiendo a la humanidad en dos bandos: "uno que milita con Dios, el suyo, y otro con el Diablo, el de sus adversarios. . .". Maquiavelo además, lo tacha de oportunista y le da en El Príncipe, el título de "profeta desarmado", incapaz de construir algo durable, justamente porque no quiere afrontar la realidad.
Maquiavelo es un teórico del triunfo, no del martirio. Savonarola dice a los hombres cómo deben ser. Maquiavelo se ocupa de mostrarlos cómo son.
Como todo profeta Savonarola imaginó que el futuro que había concebido estaba impreso en el y que eso lo autorizaba a diseñar un porvenir a su medida.

1 comentario:

Antonio (el Mayolero) dijo...

No se porqué leyendo este post me acordé de la "Revolucion Libertadora" y de los "Comandos Civiles Revolucionarios"....