Lula vuelve sobre un tema conocido: Comunicación y gobierno bajo fuego

Dice Lula en su (criticada) reunión con blogueros del campo nacional y popular de Brasil:  "El problema es que estamos siendo conducidos por una masa feroz de informaciones deformadas que van creando el imaginario, que van formando la cabeza de las personas.
El sábado pasado, fui a cenar a la casa de un compañero Y este compañero de casa tenía un niño de 20 años de edad, tenía un hijo de 20 años de edad, y su sobrino de 17. Y yo estaba hablando con ellos en la mesa y empecé a darme cuenta lo siguiente: Hace 11 años, cuando fui elegido, este muchacho de 20 sólo tenía nueve años. El de 17 tenía sólo seis años de edad. Cuando dejé la presidencia en 2010, tenia 16 el de 20 y el de 17 años tenia 13. Me di cuenta que los jóvenes no tienen la obligación de saber lo que hice y ver si es lo que hicimos, lo que hicimos lo ven por la prensa...
...Yo ahora me reúno con mucha más gente de la que recibí cuando era presidente. Ya sabes, tenemos más reuniones con el movimiento social, el movimiento obrero, con gente de negocios, hablo con mucha gente, y la percepción negativa es peor que la realidad...
Y recuerdo que, en una conversación que tuve con un compañero y Dilma ... Con la presidenta Dilma y con algunos compañeros que dije,"Chicos, ustedes tienen que echar un vistazo, no está en las encuestas, es la percepción de la sociedad, lo que está pasando, porque hay algo que tenemos que hacer, para que la sociedad entienda." Y me di cuenta de que si no estamos en una política de comunicación agresiva, por decir lo que lo que está pasando, entonces creo que hemos perdido un tiempo precioso para hacer la discusión del marco regulatorio de la comunicación en este país. Hemos perdido un tiempo precioso, y espero que en algún momento retomemos esta discusión. ...
...La gente se queja: "Lula siempre en el escenario, hablando todo el tiempo de Lula, Lula habla ocho veces al día, Lula habla ... ". Oye, hijo mío, pero si yo no hablo, usted va a hablar con mis oponentes. Tengo que hablar diez veces al día, quince veces al día. Dilma tiene que hablar, los ministros tienen que hablar. Tenemos que luchar por el espacio, porque la tentación de vender falsedades es fantástica. Sinceramente, me asustan..."