El acuerdo en torno al cual giró la consulta pretendía que los contribuyentes islandeses pagaran a los ahorristas ingleses y holandeses 3.900 millones de euros en depósitos que habían perdido cuando el sistema bancario islandés se hundió en 2008.
Los gobiernos del Reino Unido y Holanda se hicieron cargo de esos depósitos, y ahora le reclamaban al gobierno islandés la devolución.
Los defensores del “No” sostenían que era injusto imponer una factura tan elevada (casi 100 euros mensuales por habitante durante ocho años) a un país arruinado por el hundimiento de sus tres principales bancos.
"Este acuerdo era inaceptable para un nación soberana", se indignó Magnus Arni Skulason, miembro fundador de Indefence, un colectivo que reunió casi 60.000 firmas contra el proyecto y obligó al presidente a convocar un referéndum, luego de que la iniciativa fuera aprobada por el Parlamento.
"Era un acuerdo obtenido bajo presión, con amenazas de Gran Bretaña y Holanda, que aprovecharon su influencia en el Fondo Monetario Internacional y en la Unión Europea contra Islandia", denunció.
El ministro de Relaciones Exteriores Ossur Skarphedinsson declaró que “el resultado puede ser interpretado como un grito de desafío o como una conclusión escrita por adelantado".
Según los analistas, la victoria del "No" puede retrasar los giros restantes de los préstamos del FMI y los países nórdicos, debilitar al gobierno e incluso obstaculizar la candidatura de Islandia a la UE.
1 comentario:
CAda vez me gusta mas la palabra No. El no es total, no da alternativa, es contundente y terminante, es nooso como dice Oliverio Girondo.
EL no es el único arma contra la droga, decir No, parece que tb es contra los exesos de los bancos
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