Grecia firma un nuevo acuerdo. Renuncia a cualquier control sobre su economia. Los hombres de negro supervisarán las reformas de la política presupuestaria e impositiva, del sector público, la Justicia, las profesiones liberales, la sanidad pública y hasta de la educación.
Las 29 páginas del Memorándum de Entendimiento (MoU) que han pactado Grecia y sus acreedores institucionales a cambio del tercer rescate de la economía helena tiene objetivos macroeconómicos, como la obtención de superávits primarios y otros como el precio de los fármacos, la cantidad de alu alumnos por clase o los impuestos a los anuncios televisivos.
Sin olvidar, claro, las liberalizaciones y las privatizaciones. Por vigilar, la Troika vigilará hasta algo tan poco mensurable como la mejoría del "clima de negocios".
El memorando delimita con profusión cada paso que debe dar el Ejecutivo de Alexis Tsipras para corregir los desequilibrios presupuestarios y financieros del país, así como las fechas en que se deben aprobar las medidas y el impacto que deben tener. La Troika afloja los compromisos de superávit primario hasta 2018, a causa de la recesión que vive el país, y enumera los recientes aumentos impositivos (IRPF, gravamen del lujo, IVA), que considera positivos. Pero para recibir el primer tramo del rescate (unos 25.000 millones) le exige aprobar nuevas medidas de corte fiscal.
En una primera fase, la de las "acciones prioritarias", el Gobierno deberá "abolir gradualmente la devolución del impuesto del diésel a los agricultores" y lanzar "una amplia revisión del Estado del bienestar".
En la segunda tacada de reformas (octubre), Grecia se compromete a "reducir de forma permanente el techo de gasto militar en 100 millones de euros en 2015 y en 400 millones en 2016". Además, deberá ir extinguiendo los privilegios de la industria naviera, así como "mejorar" la elección de receptores de subsidios a la calefacción, de manera que se reduzca a la mitad el gasto en esta política social, destinada a las personas en riesgo de exclusión social. Además de esas medidas, Grecia se compromete a aprobar otros ajustes estructurales equivalentes al 0,75% del PIB, con efecto en 2017, y de un 0,25% adicional, con efecto en 2018. "Las autoridades griegas se comprometen a acometer más medidas aún -incluyendo el gasto en defensa- en octubre de 2016". Si Grecia obtiene por estas medidas más ahorros de los previstos, deberá depositar un 30% de ese remanente en una cuenta para la reducción de la deuda y destinar otro 30% a pagar atrasos del Gobierno.
El documento recalca como medida presupuestaria principal la primera fase de la reforma de las pensiones que ha acometido Tsipras, y le exige "profundizar" en la sostenibilidad del sistema antes de que finalice octubre. La reforma limitará y desincentivará las prejubilaciones y aumentará gradualmente de la edad de jubilación a los 67 años.
El segundo pilar de medidas del Memorándum es el tributario. Las principales medidas a aprobar ya -hoy mismo, en la sesión Parlamentaria extraordinaria que se celebrará ad hoc- son: eliminar la retención fiscal transfronteriza, clarificar que los descuentos del IVA de las islas serán totalmente eliminados a finales de 2016 (y el proceso de transición), la extensión del gravamen del 30% de los ingresos brutos del juego y subir el IRPF de las rentas menores de 12.000 euros del 11% al 15% y el de las rentas superiores al 35%, desde el 33%.
El MoU dicta la hoja de ruta de temas que distan mucho de la deuda y el déficit, como el número de alumnos por aula y las horas trabajadas por los profesores, que deberán alinearse "con las mejores prácticas de la OCDE" antes de 2018.
El MoU exige a Grecia, como acción prioritaria, "abrir [a la competencia] profesiones restringidas como los notarios, actuarios [auxiliar judicial que da fe en los autos judiciales] y alguaciles y liberalizar el mercado de los alquileres turísticos".
Por último, Grecia continuará con el programa de privatizaciones que desarrolla actualmente. El acuerdo prevé la creación del nuevo fondo de privatizaciones (o concesiones y alquileres de activos) por valor de 50.000 millones, la mitad de ellos para la recapitalización de la banca.
Grecia tendrá que aplicar dentro del tercer rescate ajustes equivalentes a entre el 4% y el 5 % del PIB, según el Memorándum de Entendimiento acordado por Atenas y las instituciones acreedoras.
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