Lo curioso es que esto se va extendiendo a la política. Hace mucho que no leemos/escuchamos una descripción política racional que tenga algún anclaje en hechos objetivos. Son puro deseo de que las cosas no sean como son. Agarre usted cualquier tema (Amia, inflación, etc.) y es una letanía de "ojala no hubiera pasado lo que paso y pasara otra cosa". Parece que la maquina del tiempo es la única oferta electoral.
Entonces circulan dos mil encuestas truchas, análisis sociológicos por twitter, conmocionantes hallazgos que duran ocho minutos y millones de opiniones basadas, sobre todo, en un profundo deseo de creer. Todo parece basado en la ley de la atracción y toda esa basura de combustibles espirituales que no inocentemente se colo en los 90 y que básicamente dice que tu deseo manda sobre el mundo. Sin que el mundo se de por enterado.
Leemos al respecto:
"El pensamiento ilusorio (en inglés wishful thinking) es el proceso de pensamiento, deducción, conclusión y toma de decisiones basadas en lo que sería más placentero de imaginar en vez de comprobarlas, fundamentarlas en la evidencia o racionalidad.
Estudios han mostrado de manera firme que, valorando todas las posibilidades por igual, los individuos se decantarán por las que produzcan resultados positivos frente a resultados negativos.
Además de ser un sesgo cognitivo y una forma incorrecta de tomar decisiones, el pensamiento ilusorio se considera una falacia lógica de un argumento cuando se asume que al desear que algo sea verdadero o falso este será respectivamente verdadero o falso."
Le dejo este clavel retinto al lector.
4 comentarios:
¿Y vendria a operar en un solo sentido? o ¿es aplicable a todo caso?
1987, 2015 la resta me da casi 30, digo (28 exactamente) ni usando la regla de mas de 5 y menos de 5
wishful thinking
Gus: Opera en todos lados
Anonimo: Ves lo que es el deseo? Quien dijo que hay una regla de + o -5? Las ganas.
Esa moda perversa de decirse periodista mientras se propala noticias sesgadas y, en general, fuera de contexto, más que wishful thinking es trabajar en la protección de determinados intereses y/o en contra de otros. Mejor dicho, con esa difusión retorcida se busca que la opinión pública acepte y adopte "esa" interpretación de la realidad, independientemente de los hechos ciertos.
El empleo de esa técnica tendenciosa no es justificable ni siquiera en la publicidad de artículos o servicios de consumo masivo por aquéllo del mensaje engañoso. Pero es absolutamente peligrosa cuando se habla del pasado, el presente y el futuro del país que nos incluye a TODOS y a TODAS.
Ese tipo de mensaje puede llevar a unos cuantos desapercibidos a llamar dictadura a un gobierno democrático. Y que ésto suceda en una tierra que se bancó unos cuantos regímenes de facto a lo largo de más de medio siglo, puede resultar absurdo y especialmente peligroso.
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