Uno es Brian Williams presentador estrella de la NBC. El conductor había ganado fama contando durante años una experiencia que ocurrió cuando fue a cubrir la invasión estadounidense a Irak en 2003.
El volaba en un helicóptero militar que fue atacado. Hace unos días, cuando NBC News transmitió por enesima vez esa versión falsa, los mismos invasores atestiguaron que Williams no viajaba en el helicóptero bajo fuego, sino en otro que venia mas de media hora detras y no sufrio ningun incidente.
Williams se vio obligado admitir que había cometido un error, explicó que había recordado mal y que se le mezcló en su memoria lo ocurrido con los dos helicópteros, recordemos que uno habia tenido un incidente y el otro no. Al parecer es confuso distinguir lo que sucede de lo que no sucede.
El segundo es alemán. En febrero de 2011 (hace "solo" 4 años) los diarios del mundo nos "informaban" acerca de lo malo que era Khadafi por estar bombardeando a su pueblo y envenenando las aguas del país.
Eran mentiras publicadas por dinero, con el objetivo de crear un clima propicio para que la ONU autorizara los bombardeos de la OTAN sobre Libia.
Así lo cuenta Udo Ulfkotte en su libro "Periodistas comprados". Ulfkotte admite haber aceptado coimas para escribir artículos tendenciosos, por ejemplo uno donde denunciaba supuestos planes de Khadafi para usar gas venenoso contra su pueblo. “En innumerables ocasiones puse mi firma en notas que me entregaron los servicios de inteligencia de Estados Unidos, de Alemania o de la OTAN. Mentí, traicioné, recibí sobornos y oculté la verdad a la opinión pública. No hacía periodismo sino propaganda. Me avergüenzo aunque sea tarde para revertirlo.” Y advirtió: “Hoy pasa lo mismo: hay periodistas sobornados para mentir y convencer a la gente sobre la necesidad de una guerra contra Rusia”.
Según documenta en su libro, hay un tráfico de sobres que van desde la embajada estadounidense, en Berlín, hasta las principales redacciones de los medios alemanes. “Pasan la información o directamente mandan redactado el artículo o el editorial que quieren publicar.” Y ofrece una lista con nombres y apellidos tanto de los periodistas (se incluye) como de las organizaciones que hacen “lobby” para instalar en la opinión pública lo que será el “sentido común predominante” en coincidencia con los puntos de vista de EE.UU.
El esquema (dice Ulfkotte) se repite para los programas de radio y televisión. “Salvo pocas excepciones, las redacciones europeas son sucursales de los servicios de la CIA y de la OTAN.”
Entre estas organizaciones estan las prestigiosas (hasta ahora) Atlantik-Brücke (el Puente Atlántico), Trilaterale Kommission, German Marshall Fund (Fondo Marshall para Alemania), American Council on Germany (el Consejo Americano sobre Alemania), American Academy, Aspen Institute y el Institut für Europäische Politik (Instituto para la Política Europea). Todos sellos creados por la CIA donde, hay que decirlo, mantienen la dieta de salchichas y cervezas de periodistas e intelectuales que no son norteamericanos (lo cual tendría sentido y hasta resultaría lógico) sino alemanes.
Que vergüenza que haya alemanes defendiendo los intereses de otro país en el suyo.¿No?.
Por suerte aquí no pasa.
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