Pero los sueños de una reactivación externa chocan con la realidad de un modelo económico agotado.
Si las inversiones externas no arribaron cuando la economía argentina disfrutaba de abundante financiamiento internacional y cierta reactivación interna, nadie en su entero juicio espera que vengan con un mercado de crédito cerrado y una actividad productiva sacrificada en el altar de las exigencias del FMI.
Mucho menos cuando la política de deuda acordada con el fondo tiene implícito un deufault de la deuda en 2022 (D22), si no hay una previa reestructuración.
Del informe CESO (completo aquí).
1 comentario:
parece q para china está todo bien ¿cobrarán onda buitres en el 22?
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