Sin embargo, según el antropólogo Piero Leirner, profesor de la Universidad Federal de San Carlos que estudia instituciones militares hace casi 30 años, la comunicación de Bolsonaro se ha valido de métodos y procedimientos bastante avanzados de estrategias militares, manejados de manera "muy inteligente, pensada ".
"No se trata exactamente de una campaña de propaganda; es mucho más una estrategia de criptografía y control, a través de un conjunto de informaciones disonantes", explica Leirner.
"Es parte de lo que se ha llamado" guerra híbrida ": Un conjunto de ataques informativos que utiliza instrumentos no convencionales, como las redes sociales, para fabricar operaciones psicológicas con gran poder ofensivo, capaces de doblar a partir de abajo la asimetría existente en relación con el poder constituido.
En este nuevo paradigma político descrito por Leirner, gestado en guerras "asimétricas" como la de Vietnam (donde los poderes y tácticas militares son muy discrepantes entre los adversarios) y puesto en práctica en las "primaveras" de Oriente Medio, las redes sociales tienen papel central, pues "descentralizan y multiplican las bombas semioticas".
La cúpula bolsonarista cuenta con varios miembros de las Fuerzas Armadas, que tuvieron contacto con estas doctrinas de "guerra por otros medios".
Hay varios recursos de "guerra híbrida" identificables en la campaña bolsonarista con la participación de sus electores: la diseminación de "fake news" es una de ellas, pero la mas curiosa es la información contradictoria que surge de los mismos bolsonaristas.
Bolsonaro ha discrepado públicamente con su vice sobre el aguinaldo y con su mas probable ministro de Economía Paulo Guedes sobre los impuestos.
Son maniobras que al final generan dividendos políticos para Bolsonaro. "Estos movimientos crean un ambiente de disonancia cognitiva: las personas, las instituciones y la prensa quedan completamente desconcertadas. Pero, al fin de cuentas, Bolsonaro reaparece como elemento de restauración del orden, con discurso que apela a valores universales y etéreos: fuerza, religión, familia, jerarquía ", analiza Leirner.
Si alguno ve el rol de Carrio en Cambiemos en esta táctica es un problema de el.
En este ambiente de disonancia, el intercambio de informaciones pasa a ser filtrada por el criterio de la confianza. La gente confía en aquellos que conocen.
En ese universo, entonces, las personas funcionan como "estaciones de repetición": hacen circular las informaciones en diversas redes de personas conocidas, liberando así al propio Bolsonaro de producir contenido. "Él aparece sólo en el momento siguiente, llevando su idea directamente a las personas que realizaron el trabajo de repetición. La gente se queda con una sensación de empoderamiento, se rompe la jerarquía. El resultado es la construcción de la idea de un candidato humilde, que enfrenta a los poderosos, que es "antisistema", dice el antropólogo.
Esos poderosos contra los que se vuelven Bolsonaro y sus seguidores son justamente los agentes que tradicionalmente transmiten las informaciones de manera vertical, como políticos, prensa, instituciones, que son lanzados al descrédito.
Concurrentes como el tucán Geraldo Alckmin y el petista Fernando Haddad, entonces, sufren para alcanzar al electorado con herramientas clásicas de propaganda.
Es difícil establecer un lazo con los votantes, especialmente con aquellos que ya participan en la red bolsonarista y están "blindados".
Si está claro que esas "fake news" generan desinformación y desorientación, el antropólogo cree que aún no se sabe exactamente lo que se puede hacer para combatirlas.
En estas elecciones, el Tribunal Superior Electoral ha sido presionado para tomar alguna medida en relación a ellas, pero ha tenido dificultades para proporcionar respuestas.
"Si una fake news es castigada, otras se generan y las nuevas estaciones entran en la artillería. ¿Al final que es lo que se va a hacer? ¿Sancionar todas las redes? ¿Arrestar a miles de personas? Lo que vamos a ver es si las instituciones van a seguir viendo su propia implosión."
Para Leirner, por fin, la proliferación de noticias falsas colabora para el desplazamiento de poder dentro de instituciones centrales a la democracia, como la Justicia y las Fuerzas Armadas. "Hoy vemos sectores del Estado, especialmente del judicial, entrando en modo invasivo, cada uno se autorizando a intentar establecer una especie de hegemonía propia", dice.
3 comentarios:
La banda de delincuentes que gobierna no va a tener limites. Seria bueno que nosotros tampoco los tengamos.
Marcel Pascu, sos el Miguel Ángel de Renzis de los blogs !!!
jeje pelotudo
Lo tuve que googlear mano pequeña. Asi que sos un tipo grande (tirando a viejo) puteando a un blog y el pelotudo soy yo? Con razon votaste para ser cada dia mas pobre jaja.
Publicar un comentario