¡Salchichones! ¡Salchichones! grita la soldadesca del Emperador. Es una de las tantas imágenes de las que se sirve Karl Marx para ilustrar al lumpen proletariado en "El 18 Brumario de Luis Bonaparte".
La clase, dice, esta descentrada de su objetivo. En lugar de pedir el poder, el estado, la justicia y los medios de producción se conforma con salchichones.
Doscientos cincuenta años después un lumpen dirá en la televisión argentina que pedir flan es pedir demasiado.
No es casualidad que la frase que abre el libro citado de Marx sea: "La historia ocurre dos veces, la primera como una tragedia, la segunda, como una miserable farsa".
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