La comunicación jibarizada

Un tema intrigante en los últimos años es la evidencia que, en periodismo y comunicación, lo raro, lo extraño, ha ganado terreno por sobre la noticia pura y dura. Mucho terreno.
Internet, las redes sociales, el smartphone, el chat, el icq, el msn, el blog, twitter, han contribuido a unas formas de comunicación espasmodicas que se están trasmitiendo al lenguaje de los medios masivos.
El otro día, por ejemplo, Canal 26 armó un par de horas largas de programación bajando vídeos de You Tube sin explicitarlo nunca, como si se tratara de material propio o de agencia (¿Existen todavía esas agencias de noticias que vendían 6 horas de vídeo o 700 fotografías como un paquete?). Y ya es una sección fija en los diarios la nota sobre lo que se tuiteó sobre un hecho (constituido en hecho periodístico por sobre el hecho "de origen" digamos) y la fuente de información sobre un asesino o sobre el ultimo ganador de la lotería es antes que nada, su pagina en Facebook.
Millones, digamos, produciendo contenido para millones. La cantidad de sujetos emisores se acerca cada vez mas, inexorablemente, a la cantidad de sujetos receptores. El pedacito de universo que ahora ocupa el compañero McBride debe estar loco de contento.
Otro síntoma: Garantiza lectores una nota armada alrededor de "tips". Tips para asar mollejas, conquistar corazones, pegarle al segundo palo, ganar en la ruleta o correr una maratón.
El tip, el consejo corto, la promesa de la efectividad sin desarrollo ni explicación ha ganado la batalla.
Y no es esto una lloradera, es la constatación de un hecho. Además, hay que decirlo, la mayoría de las veces son útiles.
Una declaración bizarra gana la agenda mediática con mucha mas frecuencia que un hecho cierto. Se puede decir que La Campora recibe armas por correo para volver a los titulares, que hay combis blancas secuestrando chicas para presentar una agrupación universitaria o que un puma ronda un barrio para bajarle el precio a una propiedad puntual. ¿Que es verdad? Bueno, eso es secundario.
Sobre estas cuestiones navega "La comunicación jibarizada" el nuevo libro de Pacual Serrano que comienza así: "Desde siempre hemos asumido que para transmitir informaciones complejas, situaciones controvertidas o pensamientos elaborados el emisor necesitaba tiempo para la exposición y espacio para el desarrollo. El receptor, por su parte, requería una concentración exclusiva sin elementos ajenos que le dispersaran. Todas esas condiciones están desapareciendo en el tiempo que nos toca vivir: predominio audiovisual, espectacularidad en la comunicación, revolución tecnológica, sobresaturación informativa, todo ello está terminando con los requisitos necesarios para que una información mínimamente reflexiva pueda difundirse y comprenderse. A lo largo de las siguientes páginas intentaremos mostrar que estamos demasiado ocupados, distraídos o abrumados por toda la información que nos llega para darnos cuenta de la forma superficial y jibarizada que ahora adopta esta información y el modo en que opera en nuestra manera de consumirla e interiorizarla. Un modo que en la gran mayoría de las mentes de los consumidores destierra la profundización en los asuntos, la capacidad autónoma de reflexión, la elaboración independiente de conclusiones y el análisis crítico de los acontecimientos."
Sabrá el benévolo lector sacar sus conclusiones.
O no.