"Una buena fotografía se obtiene sabiendo dónde pararse." nos dice el fotógrafo y ecologista norteamericano Ansel Adams.
Donde pararse políticamente sobre todo. La tapa del diario El País del 21 de octubre de 2011 mostrando el cadáver de un Kadhaffi torturado y baleado no causó mayor indignación.
Donde pararse políticamente sobre todo. La tapa del diario El País del 21 de octubre de 2011 mostrando el cadáver de un Kadhaffi torturado y baleado no causó mayor indignación.
"Sacarme una foto a mi es como pegarme un tiro" le dijo Yabran a Clarín en una celebre entrevista. Tenia mucha razón. No por casualidad decimos que "disparamos" la cámara cuando sacamos una foto y la caza (en el mejor de los casos) ha sido reemplazada por "safaris fotográficos".
Casi siempre hay una crueldad evidente en el hecho de publicar la foto de alguien muerto, por esa razón no se publican fotos de gente asesinada de la misma manera que se cubren los cuerpos los accidentados. Pero la piedad se esconde entre las piedras cuando hay una "política de la imagen".
La cultura estadounidense esta convencida que gran parte de la derrota en Vietnam se basó en no censurar imagenes tanto de las atrocidades cometidas como de las sufridas. Así, con la excusa de no ultrajar la memoria de los muertos y no producir dolor en sus familiares y amigos no se muestran las imágenes de los soldados muertos o gravemente mutilados en las invasiones a Irak y Afganistán.
Sin embargo si se se mostró el ahorcamiento de Sadam Hussein y el cadáver ultrajado de Kadhaffi. Aun en un análisis superficial es claro el mensaje de la imagen a otros jefes de estado: Todos los que se opongan pueden terminar así.
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