Demasiado kirchnerismo puede matarte

En Olivos se escuchó el entrechocar de copas (que mal quedan tantas "ches", un Borges a la derecha) celebrando la victoria sobre las huestes de tierra adentro.
Por una vez el poema conjetural conjeturó mal y no vencieron los gauchos, aunque quizás si los bárbaros. En fin, paradojas de la literatura nacional.
La verdad es que bien mirado el asunto tiene poco de risible.
Aunque el gobierno lo sacó adelante habilmente entregando la baja de las retenciones de facto sin que ni por las tapas (¿Es un termino muy académico? Habermas lo usaba siempre che...) se hablara de que efectivamente recularon como conejos en Vietnam.
Es mas, "el campo" (no confundir con el nac and pop) quedo como Caceres cuando viene un centro: Mirando como el rival cabecea solo.
Pero la verdad es que el gobierno violó un apotegma sagrado del Gran Conductor que en Su Infinita Sabiduría aconsejaba: "Hay que desplumar la gallina sin que grite".
Es algo básico en el manual del buen peronista.
La gallina gritó como una manada de elefantes en celo y eso debería ser motivo de introspección.
No de autocritica, que suena zurda, obligada e insincera. Introspección.
Tampoco estaría de mas recordar que en otro de sus sabios consejos el Leon Herbivoro sugería que en política no se podían dejar heridos.
La frase original es tan violenta que vale nuestra autocensura (y el intento de eludir el gorilismo berreta que va a decir "¿vistes? ¿vistes?").
Algo de eso entrevió el nuevo Blumberg (¡Pero hoy estoy desatado! ¿Porque tan apresurado?) De Angelis cuando le pidió a la Presidenta que no haya revanchas.
Y es que... mmmmm... ya se huele el olor al napalm en la mañana.