Nuestro amigo personal Martin Lousteau puso la trucha y debutó como Ministro de Economía con típico decisionismo peronista. Anunció una medida, dijo 4 o 5 veces la palabra "trabajadores", bancó las retenciones con impecable lógica noruega ("no ganaras cifras de dinero irritativas, las merezcas o no, las consigas legítimamente o no. Y en circunstancias y casos especiales: no.") y anticipó que son para siempre. Se duchó en cultura al explicar que cuando países como India o China sacan a cientos de millones de sus habitantes de la pobreza cambian las proteínas vegetales de su dieta por proteína animal (lo amé gordi en ese momento, porque es algo que yo he sostenido y nunca le interesó a nadie, como si dijera cual había sido la producción de tungsteno en Siberia en 1958 mas o menos) y anticipó que hacia allí nos dirigimos.
Quizás sobreactuó un poco pero es comprensible, sabe que su imagen es la de un pendejo y por pendejo, tonto (hay quien piensa eso a pesar de que Facundo Cabral decía "la edad no tiene nada que ver, el que es boludo es boludo siempre") y habrá pensado, o alguien le habrá recomendado, que arranque poniendo la poronga sobre la mesa (¿No suena a un consejo de Moreno que, dicen, es bastante libre de lengua?) así lo hizo y fijense que a los pocos minutos ya algunos habían tomado nota de que a lo mejor es pendejo, pero se subió al ring a pelear, no a durar 15 rounds (algún día divagaremos sobre la practica política del kirchnerismo y su gusto por el contacto físico, por fightearse asperamente. Hay jugadores así, rinden mas en el intercambio de golpes, en la riña).
Hermoso debut, muy a tono con el kirchnerismo modelo 2003 y que le sigue poniendo músculo, tono, filosofía e intenciones a la economía. La que alguna vez, y no hace tanto, casi llegó a transformarse en fría técnica mecánica.
2 comentarios:
aguante melconian
Eso, que Melconian aguante afuera de todo.
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