martes, 18 de enero de 2011

Discutamos a Peròn

En diciembre de 1986 (repito, en diciembre de 1986) Mario Wainfeld publicó en la Revista Unidos el que, para mi, es el mejor texto introductorio a Peròn (el peronismo). Pienso que quizás le sirva a tanto compañer@ joven que siente en el cuerpo que discutir con Lubertino, o Ritondo, es algo un poco triste pero todavía no sabe bien porque. En el Viejo arrancamos nosotros, acá empieza el peronismo (Peròn).

Volvé Viejo, te perdonamos

escrito por Mario Wainfeld

Los nombres de los dioses siempre generan debates. ¿Cómo nombrar a Perón? ¿Es posible pensarlo como un hombre y no como un dios? ¿Para qué arco pateaba ese General que sabía tanto de música?

"Cuando un dirigente sacralizado muere de ancianidad en el mundo, los pueblos desamparados consideran sin embargo, esta muerte, una muerte violenta.
Cuando los estudiantes del año 3000 abran sus libros de Historia en las páginas del Siglo Veinte leerán quizá: URSS Stalin; Yugoslavia Tito; Gran Bretaña Churchill; Francia De Gaulle; China Mao.
Preguntarán entonces: ¿Eran los nombres de las capitales? Se les responderá: No, eran los nombres de los dioses de ese siglo.
Y los niños de las escuelas del futuro sacudirán la cabeza pensando qué difícil sería para los hombres vivir en un tiempo en que los dioses habitaban entre ellos".
Bernard Chapuis en "Le Monde" refiriéndose a la muerte de Mao–Tse Tung.

"La Historia Universal según yo lo entiendo... es en el fondo la historia de los Grandes hombres que han actuado en el mundo."
T. Carlyle, "Los Héroes".

 "El hombre cree a menudo que él es el que produce la evolución. En esto, como en muchas de las otras cosas el hombre es un poco angelito. Porque es la evolución la que él tiene que aceptar y a la cual debe adaptarse (...) La evolución que él no domina es la de la naturaleza y del fatalismo histórico. El es solamente un agente que crea un sistema para servir a la evolución y colocarse dentro de ella."
Juan D. Perón (Discurso en la CGT – 30 de junio 1973)

EL PRIMER problema, como siempre, es el nominativo. ¿Cómo llamarlo? ¿"El Viejo", como le decíamos entonces? ¿El General Perón, como quieren la iconografía alfonsinista (seguramente pensando resaltar un costado autoritario y militar) y algún peronismo folklórico o "de derecha"? A mí me gustaba decirle "el Pocho", pero resulta que el vocablo remite al pasado, a la UES y hoy suena anacrónico y a veces, gorila. También puedo ponerle "el general herbívoro". La expresión –creo– conserva su propio humor y es bien descriptiva, pero no puede usarse cada cuatro renglones.

"Juan Perón" solía firmar el hombre (entre paréntesis, General, qué apellido le tocó en suerte. Sonoro, corto, rima con todo. Cómo no creer en el destino con ese apellido). Pero nunca nadie lo nombró así, sonaría a falso.

Será Perón entonces y el primer problema queda resuelto.

De terapias berretas y dobles discursos

¿Qué es hablar de Perón? ¿Sicoanálisis berreta? ¿Autojustificación? ¿Reubicación en la sociedad? ¿Propaganda alfonsinista? Puede ser cualquiera de estas cosas, que procuro evitar, lo que remite al tercer y (calma, lector) último problema. ¿Hasta qué punto se critica o alaba a Perón por características que no le son exclusivas sino atinentes a los políticos prácticos? La preponderancia de Perón ha sido tan manifiesta que puede decirse que ningún otro político argentino ha sido estudiado (¿ninguno ha existido?) hasta que alboreó Alfonsín.

Ejemplos menudos: se dice que Perón ganó votos "por izquierda" y gobernó "por derecha". Más allá de lo discutible y simplista de la imputación, lo que sería aplicable al Perón del '73 pero no al del '46, vale la pena inquirir ¿no lo hizo Frondizi que logró acólitos declamando nacionalismo petrolero y pseudoperonismo y gobernó firmando contratos con multinacionales y con plan Conintes? ¿No lo hizo Alfonsín que prometió que con la democracia se comía, educaba y vivía y ahora aduce que no hay con qué y que lo importante es el sistema? ¿Cómo ligar la denuncia al pacto militar sindical con la alianza Nosiglia–Cavallieri y con la gestión de Jaunarena? Pero, argentinos, marchemos hacia las fronteras. ¿Qué pasó con el bueno de Felipe González, cuyo discurso es utilizado hoy por Neustadt en horario central de la TV oficial? ¿Se acuerdan de ese Miterrand que hablaba tan bien? Debe ser apenas homónimo del hombre que hoy cogobierna "la France".

Perón fue injusto con sus lugartenientes. También Frondizi se desprendió de apoyos de toda la vida cuando conoció a Frigerio allá por el '56. Alfonsín ha desplazado de su lado a los compañeros de la primera hora. Germán López pasó al ostracismo, Conrado Storani casi. Los pilares del gabinete de Alfonsín no son de Renovación y Cambio, ni siquiera radicales: Sourrouille, Barrionuevo, Caputo, Caro Figueroa, Lavagna.

Las pillerías, las agachadas, las trampas, el doble discurso ¿fueron invento y patrimonio exclusivo de Perón o forman, bien que mal, parte del bagaje de todos los políticos prácticos y en especial de los dioses bajados a la tierra?

La pregunta prefigura su respuesta y –aún más– la forma en que creo debe ser encarado "el tema Perón".

La discusión sobre Perón, sobre el cuerpo de Perón, como diría Horacio González, tiene a mi ver, dos orígenes: 1) la necesaria introspección de "todo el campo popular" tras la derrota que significó el "Proceso"; 2) una imposición de la cultura alfonsinista que postula discutir la política como ética, como estilo, como discurso, como cualquier cosa... menos como conflicto. En la primera, me siento incluido. Ahí están algunas broncas con Perón que esta nota no terminará de saldar, mi reciente comprensión hacia la curiosa relación de amor–odio que ligaba a los viejos militantes peronistas con el Viejo, antaño no compartida por "la generación del setenta".

A la segunda le quiero disparar. Quiero huir de la recusación a un Perón "autoritario" que no para mientes en por qué, cuándo o con quién lo fue. Evadir la censura a un Perón nepotista formulada cuando gobierna la Argentina el Partido más nepotista que estos pastos conocen.1 También quiero huir del fundamentalismo peronista.

Postulo discutir a un hombre político, no a un Dios; pensarlo en función de conflictos, de alineamientos de intereses y no referirlo a una ética tan imprecisa como interesada o a un debate sobre estilos o discursos.

Una lectura de Perón ha sido patrimonio común de peronistas y de gorilas. La de dueño de la historia, la de la frase de Carlyle que precede ese opúsculo. Deseo oponerle la cita de Perón que también lo encabeza.

Perón no fue el patrón de la historia argentina desde el '43. No la hizo y deshizo a su antojo. No fue Dios ni Satanás en la tierra. Fue (apenas) (nada menos) el más grande (por ahora despojo al término de valoración) político de ese período. Fue como todos los hombres, hijo de las circunstancias, esclavo de su tiempo. Acertó y cometió errores. No hizo todo lo que quiso sino lo que quiso dentro de lo que podía.

Fue un transgresor, un provocador, a veces un imprudente, pero no inventó a la Argentina, a sus clases sociales, a los Montoneros, ni al empresariado nacional. Los encontró hechos y los agarró de volea, con mayor o menor puntería. Hizo varios goles, aunque hay que reconocer que muchas veces sus rivales le dejaron picando la pelota frente al arco desguarnecido...

Pretendo ver qué hizo Perón admitiendo su condición humana, su falibilidad y la red posible de opciones que rodeó cada una de sus decisiones.

Propongo un revisionismo de Perón: Colocarlo en función de opciones y líneas históricas, sacarlo del templo y ponerlo en la historia. Eso implica asumir que sigue habiendo arcos, aunque a veces no se sepa adonde están ni para qué lado hay que patear.

Parece cada vez menos discutible, dentro de los que patean para "un" arco, que el Perón del 43/55 gana por goleada. El peronismo cambió la Argentina pagando un bajísimo costo social. La revolución rusa –decía Lenin– era soviets más electrificación. El primer peronismo fue justicia social y chimeneas humeando. Un hombre digno metido adentro de una fábrica que producía bienes que él mismo podía llegar a consumir. El ascenso social compartido y orientado en defensa de los más débiles. La radio, la TV, el cine nacional, el mensaje de masas y el consumo al servicio de la comunidad.

En ese balance indiscutible, algunos límites de Perón: a) su creencia en la tercera guerra mundial que condicionó parte de sus decisiones y que revela que no era infalible. b) no advirtió a partir aproximadamente de 1952, cómo se angostaba el carácter modernizador, irreverente y plebeyo del peronismo, cómo perdía representatividad sin ganar consenso "afuera"; c) su incapacidad para rodearse de peronistas dignos. La desmesura de Perón y sus rivales (v. gr. los radicales) es una culpa compartida. Obviamente más grave la de los opositores que trabajaron para la Libertadora.

El león herbívoro

El Perón de la resistencia, el que mi generación veneró, es el mejor apoyo para la lectura histórica que propongo. Ciertas versiones (la gorila, la de Rozitchner, la de Guardia de Hierro) lo describen omnímodo, moviendo los hilos desde Caracas o Madrid, y, un peronismo obediente que lo siguió sin pestañear. El demiurgo hizo y deshizo durante dieciocho años y se vino cuando y como quiso. "Lanusse idiota (decía una consigna en una pared de Devoto) Perón volverá cuando le canten las pelotas".

Sencillamente falso. Todos lo saben. La relación Perón–movimiento peronista–enemigos fue mucho más rica y variada de lo que sugiere este relato bobo. Cierto es que esta interpretación fue favorecida por el propio Perón y por su teoría de la conducción. A ver si me explico.

Desde que cae, Perón desarrolla una lógica de resistencia. Sumar fuerzas contra el enemigo. Definirse peronista era aceptar una decisión política, no ideológica. Era peronista quien (queriéndolo o no, aún sabiéndolo o no) servía a Perón en un momento determinado. Perón "acepta" todo lo que le proponen los resistentes o los no peronistas y lo valoriza como propio. No siempre hace esto, es algo que va aprendiendo. Por eso tarda en avalar a Valle que "se corta solo" y transgrede el planteo insurreccionalista que preconiza el líder en el '56. Perón no ve aún cómo él mismo ha de "conducir" al peronismo. No apoya a Valle, antes bien lo critica; no así los peronistas, que lo hacen suyo, lo incorporan como héroe. Perón aprende pronto la lección; la aprende de los peronistas...

... que son díscolos, que hacen lo que les va saliendo y saben (porque así se arma el juego) que Perón avalará (o no), criticará o dejará pasar lo que hacen. La larga resistencia (1955/1973) es un cúmulo de desobediencias e insubordinaciones. Cuanto menos de autonomías luego santificadas.

Eso es el neoperonismo y también los Uturuncos. El vandorismo y el participacionismo. Ongaro. Los Montoneros.

El movimiento es una complicidad tramada para luchar contra un sistema socio–político injusto que también hace lo suyo.

Nadie espera el "OK" de Caracas o de Madrid para actuar. Nadie pide permiso a Perón para romper un vidrio. Se opera, se rompe el vidrio y luego se acude a Perón.

El peronismo es rebeldía contra la sociedad basada en un funcionamiento pletórico de rebeldías. En esa lógica se inscriben perfectamente la frase de Vandor "estar contra Perón para salvar a Perón" y la carta de los Montoneros que le cuentan: mire general, lo que hemos hecho... y le adjuntan el cadáver de Aramburu.

Perón avala y santifica todo porque lucha a todo o nada con el sistema político argentino, que pertinazmente lo excluye y ataca (y con él a los rebeldes, a los críticos, a los trabajadores). Perón debe sumar para volver. Sumar obliga a consentir, a tolerar. Todo debe quedar "dentro" del peronismo. Para lograrlo el líder remoto tolera gran autonomía. En el fondo, todos fuimos "formaciones especiales" aunque muchos no optamos por el crimen político.

Perón resistente no es pues el único dueño de la situación. Es el hombre que debe mantener su liderazgo frente a un sistema político que busca aislarlo y ante un activismo político que opera "en territorio" con gran autonomía y que resulta bien difícil de contener. La conducción resistente es la respuesta a ese entramado histórico que plasma la hazaña de mantener un liderazgo durante 18 años y tener en jaque a un sistema político social injusto y excluyente. Permite "la vuelta" y la condiciona... Perón llega preso de las fuerzas que él mismo ayudó a desatar o al menos toleró.

Creo que Perón se percata un poco tarde. Lo manifiesta claramente recién cuando llega al país en Noviembre del '72, y convoca a las fuerzas políticas al restaurante Nino. El Perón insurrecto, el vietnamita, deja su espacio al proyectista de naciones, al admirador de las democracias integradas, al propugnador de una nueva cultura política. Nadie lo escucha, porque los peronistas seguimos jugando "mientras Perón no está", porque todos en general creemos que dirimir la interna peronista es más urgente que gobernar, porque seguimos atados a la inercia de la resistencia.2

Además, el peronismo es ya un frente inviable, social e ideológicamente. Lo que fue fuerza para resistir (la diversidad casi inimaginable de apoyos, sectores y pensamientos) es disfunción para gobernar. Perón lo advierte (¿cómo no hacerlo después de Ezeiza?) baja del avión y (como el comandante de la canción cubana) manda parar. Casi nadie le hace caso; menos que nadie la CGT y la Tendencia, los dos sectores que hegemonizaban por entonces nuestra interna.

(CONTINUARÁ...)

Notas

1 Casi todos los radicales son hijos de radicales. Los "cordi–boys" heredan el partido de sus padres: Stubrin, los Storani, Casella, Suárez Lastra ¿Qué otro buen motivo existía para ser radical en 1973?

2 La critica a las consecuencias del sistema de conducción de Perón debe abarcar a quienes lo santificamos. No es el centro de esta nota, focalizada en Perón, pero no puede omitirse el (auto) cuestionamiento a quienes admitimos como formidables todos los mecanismos utilizados por el Líder distante... y a la vez no supimos "desarmarnos" cuando él volvió. A menor desarme, mayor crítica.

7 comentarios:

Nando Bonatto dijo...

Excelente nota como las que nos tiene acostumbrados Mario Wainfeld.
En el 86..todavía teníamos encima la salida de la dictadura y no podíamos balancear nada sin ese peso horrible,desequilibrante.
Para decirlo bien en criollo,un texto de puta madre
me lo llevo

Esteban dijo...

Marcelo, un lujo, de verdad.

Gracias.

Anónimo dijo...

¿Quíen era Perón?
Un asesino que destruyó al país.
Déjense de joder con Perón y recuerden que fue el creador de la Triple A, con eso debería alcanzar.

(Alcides Acevedo)

Anónimo dijo...

también fue el que estableció el aguinaldo (hasta los socialistas se oponían), con eso debería alcanzar.

Javier dijo...

Esta bueno el analisis que en su momento había hecho Wainfield , aunque si yo lo relaciono cn el análisis de los peronismos que hace Horowicz , me pregunto .

Para Horowicz hay un primer peronismo , luego viene la resistencia de la que habla Wainfield , pero donde colocamos la gesta de Campora ?

Es el tercer peronismo cuando vuelve Peron y echa a los militantes de la plaza ? Y ahi decreta su destino elige a la derecha y termina en la triple AA y Lopez Rega siendo su secretario privado y confidente . Digamos que es facil identificarse con Peron en 1945 y con Campora en 1972 , no asi con Peron en su regreso y lo que termina con el Rodrigazo y luego la dictadura genocida

Voy a leer la 2da parte

Un abrazo

El 4161 dijo...

Bueno, hay tanto análisis, tanto paño para cortar....Hablar de tres peronismos siempre me pareció simplista. Porque no es lo mismo que hablar del peronismo en las distintas etapas históricas de la Nación.
Por otro lado me parece que no se trata de identificarse con Perón, sino de tener un compromiso político y personal con el Peronismo. Nada de hoy me gusta lo que hace el Peronismo, me meto, mañana no me gusta, me voy.
Por otra parte, refiriéndome al 73/74, aunque era muy dificil, casi imposible, no por rechazar a Lopez Rega o Isabel había que aceptar a Montoneros. Desde mi humilde punto de vista creo que fueron dos proyectos antagónicos con el proyecto Peronista. Y dejaron al Pueblo, indefenso y entre dos fuegos.

Matías dijo...

Je, y hay gente que cree que la teoría de los dos demonios nace de un repollo. Por suerte hay comentaristas de blogs que recuerdan sus antecedentes. Eeen fin.