sábado, 31 de enero de 2009
Buzzi: La lógica, el sentido, las intenciones...
Un solo medio recoge muy lavadamente esas declaraciones que incluyeron un tajante "hay 50 desocupados mas por exclusiva responsabilidad de Cristina Fernandez de Kirchner".
No nos metemos con esas lógicas empresarias porque son así. Perezosas intelectualmente.
Se empieza por despedir. Después se empieza pensar.
La lógica, el sentido, las intenciones se desnudan cada vez que Buzzi habla. O padece esquizofrenia (recordemos que es integrante de la constituyente social de Jujuy que, me dijeron, esta a la izquierda de los barones del conurbano) o es simplemente un cínico.
Llambias, solidario, afirmo que le sacaban las cartas de porte a las FAA para dárselas a Moyano vía Subsecretaria de Transporte.
De ser cierto es tranquilizador.
Mas allá de las imágenes mediáticas (1) entre un gremialista responsable que ha garantizado una razonablemente baja conflictividad laboral (cuando algunos profetizaban que iba a ser el eje del conflicto) y Buzzi y Llambias no se pueden tener muchas dudas.
(1) A propósito de las imágenes mediáticas nos enteramos que no pagaron sus facturas de luz (el Gran Problema Nacional de la semana pasada) unos 5.000 usuarios mas que los otros 5.000 que son habituales morosos. Esto es el 1% de los usuarios de Edesur, Edenor y Edelap. Habrá quien tenga razón en quejarse (y otros que no) pero como Gran Noticia Nacional era un poco pobre.
viernes, 30 de enero de 2009
sábado, 24 de enero de 2009
El tema de la sequía
Ahora es la sequía.
Y los subsidios y ventajas que se les darán a los empresarios camperos.
Es probable que la platita la reciba el precapitalista Don Alfredo que no esta inscripto en ningún lado y no el tipo que mas o menos llegó al siglo XX, sacó un seguro contra la sequía hace dos meses y ahora se ríe de janeiro.
Claro, para sacar un seguro hay que estar mas o menos blanqueado y Don Alfredo no entiende de tramites.
¿O cobraran ambos? ¿Subsidios, no pago de impuestos y seguro? ¿Todo junto? Nah... digame que no.
Hoy como ayer: Alambren bárbaros.
Agua.
miércoles, 21 de enero de 2009
Lugo se consiguió un fierro porque no quiere perder sin luchar
En efecto, después de muchos años hay una agencia oficial de noticias paraguaya.
Parece que el compañero Lugo quiere curarse en salud viendo como las prensas sudamericanas se dedican a horadar presidentes que ma´o meno´corcovean.
El diario ABC lo trata con desden: "Lugo ya tiene su agencia informativa" titula, (en realidad la agencia es de Paraguay) y de paso desliza que no se sabe de donde salen los fondos para financiar la organización.
Para cualquiera resulta obvio que del Tesoro Nacional pero no para para la Cadena Sudamericana de Desgaste.
PD: Ay, cierto que el estado no tiene que iniciar estas empresas, solo debe repartir pauta publicitaria y hacer lo que le dicen los que sabemos perfectamente como obtienen sus fondos y escriben el diario de mañana.
sábado, 17 de enero de 2009
La Nueva Izquierda: Un libro necesario
Para decirlo de mal y provocador modo: Nos pasamos por las bolas a Obama, a la Franja de Gaza y a Cuba.
Por un lado son temas que nos exceden (para hablar del conflicto árabe-israelí le calculamos unos dos años de estudio sistematico para empezar) y por otro los sopechamos irrelevantes. Punto.
Así que nos compramos "La Nueva Izquierda" donde José Natanson se esfuerza en analizar al grupo de presidentes ma´o meno´progresistas que han surgido en Sudamerica en estos últimos 8 años.
Y hay que decirlo: Le salió un libro importantisimo y necesario para todo aquel que no quiere que la realidad latinoamericana se la expliquen los burros de "The Economist".
La realidad con la que conviviremos en los próximos lustros no sera la moda de la Casa Blanca o el ultimo modelo de cohete Kassar sino algo intermedio entre El Alto, ese conurbano gigantesco que le esta creciendo a La Paz y San Pablo, la ciudad donde mas Ferraris y helicópteros circulan.
Todo el libro de Natanson es interesante (empezando por estrategias y conflictos que apenas se esbozan hoy en Argentina y que en Chile o Venezuela ya han terminado con suerte dispar) pero las tres paginas que van de la 236 a la 238 (lealas de parada en la libreria señora, mire el dato que le doy) donde describe los planes sociales y sus obstáculos, ahora que la rama palermitana del progresismo ha descubierto que hay pobres y tiene soluciones facilongas ("bajen el iva", "tire plata desde un avión") es de lectura imprescindible para los que se toman en serio esos problemas.
viernes, 16 de enero de 2009
Segundas imagenes gesellinas
Dejemonos de joder, esto no es un cambio de quincena, esto es una invasión.
No da para mas, necesitamos un Prat Gay o cualquier otro pseudo economista versero porque el consumo esta demasiado caliente y todos sabemos que eso esta muy, pero muy mal.
lunes, 12 de enero de 2009
Primeras imagenes gesellinas
Ningún complejo.
Estoy rodeado de iguales, empleados de décima con la misma notebook en un hotel que merecería ser llamado "fat friendly" por la cantidad de gordos que hospeda o "tits friendly" por la cantidad de tetas cuarentonas hechas por seis o siete luquitas cash.
¿Estos son los votantes del PRO? Difícil saberlo.
No se escuchan quejas, aunque reconocemos que es de mal gusto quejarse con tanto protector solar en los labios.
domingo, 4 de enero de 2009
El General Peron va en coche... y vive
Después me enteré que la frase no era de ella pero ya no me importaba.
En la Revista Unidos numero 9 de abril de 1986 Juan Sasturain (el conductor de Ver para Leer) publicó un planto para Peron.
No sabemos como andará el peronismo de Sasturain (han pasado 22 años nada menos) pero reproducimos el poema y su maravillosa introducción de la que desconocemos el autor gracias al rescate de la gente de Croqueta Digital.
EL GENERAL PERON VA EN COCHE Y VIVE
por Juan Sasturain
"¿Muere acaso el pampero, se mueren las espadas?", piensa el Facundo que evoca Jorge Luis Borges en "El General Quiroga va en coche al muere" (en 1925). Hace varios años –en 1982– a Juan Sasturain se le ocurrió jugar con ese título ilustre para dedicarle a Juan Perón una elegía cuyos sabores y fraseos remontan no ya a Borges, sino tal vez a un Maiacovsky con el corazón atontado por la muerte de aquel político soviético de mirar caucásico y poco amor por la poesía. (Lenín muere más o menos en la misma época en que Borges escribe sobre Quiroga.) Pero es como si este poema del actual Secretario de Redacción de "Fierro", tuviese algo del mirar melancólico del Corto Maltés viendo pasar un cortejo, un Corto Maltés al que Pratt denominó extrañamente como "el hombre del destino".
Por esta vez, por esta única vez, el conductor ya no conduce nada.
Lo llevan –un espléndido cadáver de hombre grande–
y está tan bien muerto en su cajón final que no se entiende
por qué no agarra él mismo las o sus manijas,
se lleva y trae como siempre, como entonces o como
cualquier otro adverbio de tiempo perdido.
Pero acá no hemos venido a hacer dormir a nadie –decía León Felipe–
y el verso funebrero es cosa de hombres pelados que leen un papelito
rodeados de sobretodos y una mujer que estruja –siempre estruja–
o lagrimea mientras el resto tose, escupe, cabecea, se da vuelta.
Tampoco estamos frente a este hombre desocupado,
olvidado de todo menos de su propio peso muerto
para despertar a los ciegos, abrirle los ojos a los sordos
hacer caminar los uniformes en el sentido de la historia
o cualquier otra empresa estúpida o sentimental.
No. Hablamos para decir que está vivo.
Usamos de la palabra –así se dice– para nombrar un vivo cadáver,
el que fuera en vida y en cadena Excelentísimo Señor Presidente
de
Juan Perón para el pueblo o mejor PERON a secas
como siempre dijeron sin mentir sus curtidos documentos:
la más hermosa música que se llevó de la plaza,
las elocuentes paredes con ve corta.
Este poema de cuerpo presente habla sin voz del que nosotros
llamábamos el Viejo, el General y que ahora es Nadie,
un agujero incómodo en medio del pecho o de las tetas
de una república con espinas en el campo y un cielo sin estrellas.
Eso es: un agujero en la media de
por el que no sale el sol de Tuñón ni alumbran más
las estrellas del versito.
El General es una piedra caliente entre las manos,
el innombrable, el loco, un pariente peligroso.
Es el clásico viejito de una mala película argentina
que supo dejar todo a un único y múltiple heredero
que anda perdido por ahí o desmemoriado
por un falso Migré que le escribe los libretos.
Mientras tanto, en los pasillos, sobrinos con su apellido político
no saben qué hacer con una pilcha que les queda grande,
les va ancha de hombros, no pueden llenarla por abajo
se deforma de tanto tironeo... Y no.
No, sobrinitos. No es cuestión de tantas unidades
más o menos básicas. Hay que agarrar las banderas
y no las manijas, compañeros.
Y explico algunas cosas –dijo Neruda– o explico un poco más.
Cuando un pueblo y un hombre que se han amado se separan
–Molina habla de una mujer, un hombre y "esa cobra de oro, el orgullo"–
nada de lo que ha quedado tirado por el alma o el piso,
flores, puteadas tristes, vasitos de un oportuno cafetero,
sirven para cerrar una herida de labios definitivos.
Las cosas que tienen labios –la boca, un sexo de mujer, esta herida–
nos llaman como un náufrago o como una isla
para la que el náufrago somos nosotros.
Una herida es una boca contra natura, una sed innecesaria,
el desencuentro que puede ser la muerte, el desamor o los milicos.
Cuando un hombre y un pueblo que se han necesitado se separan
fluye la sangre, hay un crujir de parto o
de muerte, de cordoncito arrancado.
El pueblo cae en la historia como a un estanque o mar,
coletea, busca orillas, se esconde de todo bicho dientudo,
chapotea en el error o una verdad que inaugura
y no le sirven las fotos y recortes, su color nostálgico de ojos.
Cuando un pueblo y un hombre que se han amado se separan
sólo lo que queda tirado por la historia
como miguitas de un festejo compartido
puede calentar a la memoria. Sólo una marcha que vuelve
como una ronda antigua que habla de puentes de Avignon o Avellaneda
nos despierta la garganta.
Para arrimar los labios de una herida, la fractura de la historia,
las piernas de una dama –la patria emputecida, tal vez–
hay que juntarse primero. O sea: los pedazos personales
y después los demás que sumamos hasta ser nosotros.
Para arrimar los labios de la herida, el desgarrón,
el hueco que dejan los viejos como el Viejo dejador.
Pero volvamos: por esta vez, por esta única vez, el conductor
ya no conduce nada. Nadie maneja.
La historia –la patria– tira hacia un lado, hacia otro,
mañerea como una yegua que no entiende de buenos pastos,
de domas suaves o de comunidades organizadas.
Una yegua, eso es. Y coquetea con sus verdugos:
Le pone el anca al coronel, lame
la mano del banquero,
suele trotar por unos años mal montada y soportar
que algún inglés le haga sangrar las ingles,
que otro le diga obscenidades o la maltrate con sinceramientos,
que nadie la enlace con la firme ternura del Viejo, el Domador.
Ah, Celedonio Barral... –¿eh, Leopoldo?– el que sabía
domar un potro y hasta una patria tal vez
como quien sabe templar una guitarra.
Porque domar una patria es como templar una guitarra.
Y el que sabía apaciguar las llamas, explicarle al fuego
el agua necesaria o persuadir al verdugo con la bordona en guerra
y la prima vibrando en paz; ése, no está.
Ese que leía entre líneas a la multitud y se paraba
frente al oleaje de la plaza y lo abría y lo cerraba
como al Mar Rojo, y el mar lo salpicaba, lo chamuscaban las llamas...
Digo, cuando hablaba el conductor. Pero ya no conduce nada.
El año dos mil encontrará al general desperdigado pero libre.
Repartido su nombre, como sus huesos sonoros en un cajón olvidado
por el que ruedan como sordos ruidos de cárceles y de aceros.
Libre en las paredes rodará el conductor, libre de cárceles
rodará el pueblo en general, el pueblo del general,
ése que ahora, así de muerto, va en coche y vive
sin Borges que lo cante ni estatuas con su nombre.
En la mañana de diciembre,
lentamente en un codo, oye ruido en la calle y va a salir.
Es el coche del General que pasa.
viernes, 2 de enero de 2009
Imprescindible
En la bajada, en letra chica se aclara que esa predicción es de los genios de IDEA, una escuelita de negocios bastante pituca y berreta llena de pseudoeconomistas, es decir, de personas deseosas de influir en un tema que desconocen y alejados de cualquier criterio científico.
Para el que no solo se niega a rendirse ante el verso y la zaraza, sino que va por mas.
Tiene ya unos días pero va a ser imprescindible todo el año.