¿Donde esta el dinero? ¿Se lo comió el gato?

En este articulo el sociologo brasileño Emir Sader cuenta para nuestra sorpresa que en Brasil también se la hostiga a Dilma con el tema de la inflación (aunque acá nos dicen que en Brasil no hay) y de lo que juzga como un error estrategico de Dilma al asumir que ese es un punto central de debate.
Para polemizar. La traducción es mía que viví muchos años en Brasil.
En Brasil al 2900, Valentin Alsina.

¿Donde esta el dinero? ¿Se lo comió el gato? por Emir Sader

"La mayor disputa de la agenda de hoy en Brasil es la que está entre la prioridad de la recuperación del crecimiento o la supuesta "inflación galopante". Esto se refleja en las diferentes visiones que tienen la izquierda y la derecha del país.  
Para la derecha -como siempre- la principal preocupación es la inflación, por lo que apunta al gasto público, a la disminución de las tasas de interés, al recorte de las políticas sociales y los aumentos salariales. Dice preocuparse por el salario -que en sus gobiernos estaba en ruinas- pero no por las ganancias del capital financiero y por las cuentas públicas. Por un lado, ataca la supuesta inflación galopante, por otro pretende capitalizar cualquier descontento producido por el aumento de la tasa de interés.Las presiones consiguieron que el Banco Central volviera a aumentar las tasas de interés -incluso con un aumento más simbólico que real- pero fue suficiente para demostrar que el Banco Central había cedido a las presiones. La propia Dilma ha reiterado en sus discursos que la inflación es una preocupación central del  gobierno y aunque la ha enmarcado en las políticas económicas y sociales, está colaborando con la campaña de la oposición de poner a la inflación como el tema central de la agenda política. 
El problema central de este país no es hoy la inflación. Es la dificultad que enfrenta el gobierno para poder reanudar el crecimiento económico. El gobierno ha tomado y sigue tomando iniciativas en este sentido, sin obtener efectos concretos. Bajó la tasa de interés a la mitad de lo que era hace algún tiempo, ha reducido sistemáticamente los impuestos para un gran número de sectores, realiza controles de cambio favorables hacia las inversiones, pero no puede hacer que el sector privado invierta. ¿No tenemos los recursos? O los recursos se canalizan para la especulación y se fuga a los paraísos fiscales como recientes revelaciones mostraron? ¿Dónde está el dinero?La gran empresa privada afirma que "la incertidumbre", que es producida por ellos mismos cuando destinan mas dinero a la especulación que a las inversiones productivas provocan el aumento de los precios y los riesgos de inflación. 
Para que la economía crezca más, es el Estado el que debe asumir el papel determinante. Además de las inversiones públicas directas - en lugar de eximiciones de impuestos que no han tenido respuesta del capital privado - el gobierno tiene que restringir fuertemente el movimiento del capital financiero, aumentar sustancialmente los impuestos y condicionar toda concesión hecha al sector privado. La eximición de impuestos a la canasta familiar no llegó plenamente a los consumidores y no han tenido contraparte en el sector privado, ni en la contención de los precios, ni en el aumento de la inversión.*
Ninguna empresa extranjera está dispuesta a irse de Brasil, considerada una economía fuerte con un gran potencial de expansión. Es el empresariado privado, con el caño de dinero torcido hacia la especulación el que sabotea el desarrollo económico del país."

*Es un tópico repetido de este blog. Cuando algún chantún o alguien con buenas intenciones (a veces nos cuesta distinguirlos) propone la reducción de IVA como método para bajar los precios recordamos la experiencia puntual de reducción del IVA de Chavez en Venezuela (¡del dictador Chavez!) que fracasó, y ahora, al parecer, también fracasa en Brasil. La quita en el IVA no se traduce en un precio mas bajo en el mismo porcentual y para siempre (mas allá de alguna baja inicial), recorta la recaudación estatal y aumenta la rentabilidad empresaria. No es que esto ultimo sea pecado pero hay que saberlo para después no sorprenderse.