La Presidenta de la Nación nos recuerda en su carta al actor Ricardo Darin que la historia tiene esa particularidad que a falta de mejores palabras la definimos como "estar siempre presente". Quevachaché.
Leíamos en agosto de 2006, después de un largo tiempo de sucedidos los hechos y con el delito prescripto...
“Yo estaba muy preocupada por ese tema, no sabía que hacer, lo compré
de buena fe a un directivo de Celulosa que también lo compró de buena
fe y me pasó lo que pasó. Estaba desesperada, y una vez después de
terminar el programa lo fui a ver a (Carlos) Menem a (la Residencia
Presidencial de) Olivos y le conté lo que me pasaba que ni siquiera
tenía tarjeta verde, entonces me dijo “Susanita tiralo al río”. Lo llevé
a una villa y lo dejé abierto, hasta dejé la llave puesta y no se lo
llevaron. A los tres días lo tuve que ir a buscar”.
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