El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, dijo que la deuda que tienen supera los US$70 mil millones y que por lo tanto “es impagable”. “Este reconocimiento de que la deuda es impagable no es un asunto político sino de matemáticas”, dijo al New York Times. De hecho, la están pasando tan mal, que hace un mes la BBC informaba que cada semana 100 familias de Puerto Rico migran a Florida para buscar una mejor vida. ¿Qué se le ocurrió hacer a las autoridades para mejorar la situación? Pues convertirse en el refugio fiscal de multimillonarios. Pues, mientras el gobierno subía los tributos a los locales, les ofrecía a empresarios estadounidenses menos impuestos a cambio de inversiones y puestos de trabajo. Ahora estos empresarios están en problemas, porque la isla ya no puede garantizar sus beneficios económicos. Pero, ¿qué podría salvar realmente a Puerto Rico? Simple: declararse en bancarrota. Solo así se podría condonar alguna de las deudas que mantienen. Pero al ser un estado libre asociado a Estados Unidos, no puede declararse en quiebra. “Somos propiedad de EE.UU. pero no somos parte” dijo en el 2013 Sergio Marxhuach, director de Políticas Públicas del Centro para una Nueva Economía de Puerto Rico a BBC Mundo. “Puerto Rico cuenta con la mitad de las herramientas económicas que tiene un país soberano. En los países existe un Banco Central, un ministro de Finanzas, una moneda. En la isla hay un secretario de Hacienda pero el resto lo maneja la Reserva Federal de EE.UU.”, agregó en su momento el funcionario.
De hecho, fue en febrero de este año que en Washington se propuso al Congreso Federal una reforma legal para que la isla pueda declararse en quiebra. Pero hasta ahora no ha habido ninguna novedad al respecto.
Se han hecho 4 plebiscitos en Puerto Rico (el ultimo en 2012) y la opción por la independencia del país nunca ha superado el 6% de los votos. La opción que siempre ha ganado es la "estatidad", es decir, pasar de ser un estado libre asociado a un estado mas de los EE.UU. como Kansas o Kentucky (estados K digamos...). Pero EE.UU. no quiere, no los acepta. Así que señores gorilas que sueñan con ser un trozo del país al gran país del norte piénsenlo dos veces. A ver si todavía cumplen su sueño de entregarse y encima no los aceptan.
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