En las ultimas semanas se promocionó con abundancia por los medios de comunicación masivos la iniciativa “Un techo para mi país”.
Según su pagina web esta organización se encarga de proveer una casa de madera de
Las casas se asientan sobre 17 pilotes de madera QUE DEBEN SER PROVISTOS E INSTALADOS POR EL BENEFICIARIO (insisto, según la pagina web del emprendimiento), no parece tan fácil para una familia pobre enterrar 17 pilotes pero acaso este sea un prejuicio burgués.
Burgueses son los chicos de misa dominical en la zona norte que ponen la cara en la televisión. Que no se malentienda, el problema no son estos pequeños futuros montoneritos (recordemos de donde vienen Firmenich, Daleo y otros, no precisamente de los collas sino de los burgueses evangelizados en los barrios copados) sino la difusión acrítica y glorificante de sus escasas actividades mientras se sataniza (nunca mejor empleado el termino) a Milagro Sala como una mezcla de Che Guevara con Osama Bin Laden porque hace barrios de verdad, con casas de verdad, probablemente pidiendo que se lo agradezcan a ella y no al Señor que esta en los cielos (“Padre nuestro que estas en los cielos/Padre Nuestro que lejos estas…” decía un poeta árabe) cuando están en la pileta o en el Shopping para horror de los bien pensantes que no pueden tolerar que un pobre tenga pileta o se compre una chomba.
Lo que no toleran es la frente alta de Milagro Sala.
1 comentario:
Compañero, la mezcla de la Mila, es la de Evita y el Che, casi peor diría yo.
Y no jodo cuando la compañro con Evita, porque es muy cierto.
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