Hacerse el boludo puede servir (e incluso ser preferible) en muchas ocasiones. No en todas.
por Federico Trofelli – Cosecha Roja.-
"En la jerga policial, “hacer un cortito” es recaudar dinero a través
de la extorsión a una persona con antecedentes penales o sospechada de
haber cometido un crimen. Esta maniobra, habitual en las comisarías de
la provincia de Buenos Aires, puede salir mal. Dos investigaciones
judiciales, una en el sur y otra en el oeste del conurbano bonaerense,
muestran cómo un presunto victimario se convierte en víctima de la
policía.
El primero de los casos comenzó entre las 9 y las 10 de la mañana del
26 de julio. A esa hora, el oficial inspector dela Dirección
Departamentalde Investigaciones Christian Maximiliano Giménez, de 27
años, salió de ronda junto a su compañero, el sargento Pablo Javier Díaz
y dos policías más que no pudieron ser identificados.
En
la esquina de la ruta 210 y Avenida Patria, en la localidad de Glew, el
patrullero en el que iban los policías interceptó a Marcelo Damián
Díaz, quien viajaba en su Ford Ranger junto a su hijo adolescente. Díaz
tenía pedido de captura por una investigación judicial iniciada enla
UFIdescentralizada de Cañuelas. El juzgado de Garantías 4 de La Plata lo
quería tras las rejas. Eso los policías lo sabían. No era la primera vez
que lo paraban y le pedían dinero a cambio de no detenerlo."
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