Y un día ganó Cristina

Cristina hizo lo que tenia que hacer. Tenia que ganar por un voto y lo hizo. Si como decía el compañero Mao "el proceso político va de la nada a la existencia y de la existencia al desarrollo" Cristina tenia que ganar para existir. Lo otro era la nada misma. Ahora viene la etapa mas difícil del desarrollo.
Lo hizo ademas contra el mas formidable dispositivo de tortura mediática y judicial. Alguna vez Peron demostró que se podía. No vale ahora recitar errores del contrario y virtudes propias o viceversa. Juegan los que entran a la cancha. En este partido le propino derrotas a Vidal, a Carrio (que huyó antes que enfrentarla) y a Macri, a quien lo condenó a no pisar el conurbano "porque resta".
En la practica fue un empate virtual en la provincia MADRE. Los empates suelen ser catastróficos en cuanto a que traban las acciones de los contendientes, anulan tendencias, congelan inercias, pueden obstaculizarse mutuamente, es como una pulseada pareja donde hay que ver quien se quiebra primero, si el peronismo lejos del poder, o Cambiemos al ritmo de su plan económico. Lo que dure menos. Hay que esperar a octubre. Que en Argentina es mucho tiempo.
El mapa dejó otras señales. Derrota táctica de casi todos los barones de la marca "Ay somos el PJ clásico ese que anda bien con todos" De La Sota, Bertone, Verna, Das Neves, parece que no estaban tan atentos a lo que decía la gente. Y de ayudar a formar mayorías parlamentarias para Macri pasaron a tener los talones mordidos por el.
Se salvó de esa carnicería Urtubey que sin embargo no logro superar el 40% de los votos.
Por fuera del peronismo otros aliados en los hechos de Macri también rindieron la plaza, Wretelinek, Sapag, el socialismo santafesino. Macri sumara diputados "propios" perdiendo aliados tácticos. Mas o menos lo que se preveia.
A otros peronismos como el de Chaco, Tucuman, Formosa, Misiones, Catamarca, no los ponemos en esa bolsa. Suelen ser mas aguerridos (por algo les pegan seguido) y si no pueden ser reducidos al kirchnerismo tampoco se los puede definir como anticristinistas.
Un peronismo mas del palo ganó en Tierra del Fuego, Chubut, Santa Fe y Rio Negro. Triunfos a los que no se ha valorado, y aunque tienen que ratificar en octubre prometen ponerle condimentos novedosos a la sopa parlamentaria.
No sabemos si a Cristina le da la nafta para ser candidata y ganadora (las dos cosas) en 2019 pero nos gustaría ver que candidato tiene ganas de pelearse con los 3 millones de votos que tiene en la provincia de Buenos Aires (y que son de ella). Si la exigua victoria no la ha elevado a primus inter pares, al menos le dio un poder de veto bastante filoso.
Si dos meses en Argentina es mucho, imagínense 2 años. O mejor, piensen en Nestor Kirchner el 25 de noviembre de 2001 a ver si el, o alguien, se imaginaba que 18 meses después iba a asumir la presidencia y durar (mínimo) 12 años.
Cristina, como Peron, parece tener el karma de que nadie en la dirigencia la quiere mucho pero todos deben soportarla.
Algunos parecen creer que la personalidad, los caprichos, la inteligencia, tiene alguna importancia. No comprenden que un liderazgo es un polo que atrae voluntades colectivas para que adquieran una dirección. Toma una corriente caótica y la dirige.
Cristina no es Cristina Elisabet Fernandez de Kirchner, una señora que como todas las señoras (y los señores) tiene aciertos y errores. Es un símbolo. Y como símbolo, importa.
Si quieren llorar, lloren.