Leemos: "Y donde hay demanda hay mercado. Alberto cree que actualmente existe todo un sector comercial que sustenta a los trols, en el que se paga a personas para que difundan información errónea e insultos en Internet.
“En realidad, no tienen una agenda política. Se pueden movilizar por cualquier causa por la que les paguen. Les he visto organizarse para promover el nuevo proyecto de reforma energética y presionar contra la propuesta de gravar el azúcar. Al día siguiente, pueden estar trabajando juntos para que una amenaza de muerte se vuelva viral.”
No es fácil demostrarlo. Uno de los rasgos característicos de los trols es lo opaco y complicado que resulta averiguar quiénes son. Como un agujero negro, podemos ver la actividad que los rodea pero en el centro sigue habiendo un gran punto de interrogación. ¿Cuántas personas hay detrás de las cuentas? ¿Cómo se organizan?
Lo poco que sabe Alberto se lo contó una operadora trol arrepentida que, empujada por un sentimiento de culpa, le contactó en 2014. Confesó haber cobrado 50.000 pesos la hora (casi 2.500 dólares estadounidenses) por gestionar 150 cuentas contra las protestas #YaMeCanse en México, que barrieron el país tras la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Completo aquí.
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