jueves, 17 de julio de 2014

Como mata el viento norte

George W. Bush estaba de visita  en el Yad Vashem, el Museo del Holocausto de Jerusalén en memoria del asesinato por los nazis de seis millones de judíos. Tocado con la kipá, un Bush emocionado, con lágrimas en los ojos, recorría los pasillos del museo cuando se paró ante unas fotos aéreas de Auschwitz tomadas durante la Segunda Guerra Mundial por la USAF. En ese instante no pudo reprimirse y llamó a su secretaria de Estado, Condoleezza Rice, a la que le dijo: ”Debimos haber bombardeado Auschwitz para poner fin al exterminio nazi. Debimos bombardear sus líneas de tren…”.
En efecto, uno de los reclamos mas importantes hechos a los Aliados al finalizar la Segunda Guerra Mundial fue porque no pararon lo que era un secreto a voces, los campos de concentración, el transporte de judíos en trenes de carga, si se bombardearon ciudades con el solo efecto de matar civiles y "afectar la moral alemana" ¿porque se eligió no afectar el transporte hacia los campos de concentración?
Siempre se llega tarde. Al genocidio armenio, al holocausto, la masacre de Sbrenica fue en una zona declarada como "segura" por la ONU y bajo la prteccion de los cascos azules holandeses, en fin, como dice Mc Namara en "Niebla de guerra": "Quizas cometas el error dos o tres veces, pero no cuatro o cinco". Quizás.
Mientras nosotros 
morimos aquí, 
con los ojos cerrados 
no vemos más que nuestra nariz. 

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