A fines del siglo pasado, después de las sucesivas crisis asiáticas, rusa y mexicana, un peruano llamado Hernando de Soto recorría el mundo llevando una idea, casi, revolucionaria.
Su propuesta era bastante sencilla: Los estados, especialmente los mas pobres, debian otorgar titulos de propiedad formal sobre todas las viviendas irregulares que hubiera en el territorio.
En términos simples, villas miseria, favelas, chabolas del mundo se llenarían de propietarios formales, y sobre esas propiedades podrían existir entonces créditos, hipotecas, compras y ventas legales y escrituradas.
Hernando de Soto esta lejos de ser un socialista. Es un neo conservador cercano a Milton Friedman y su preocupación es extender el capitalismo allí donde no llega. Su mirada sobre los pobres no se extiende mas allá de incorporarlos a la dinámica de los mercados. Eso no alcanza, sin embargo, para rechazar automaticamente sus ideas.
Dice De Soto: "Para que haya desarrollo en los países pobres, se les tiene que permitir a los pobres y las clases medias bajas usar sus activos tal como los usan los ricos y el desafío político es hacer que estos bienes pasen del sector "extra legal" en el que están ahora a un régimen de propiedad legal más inclusivo, en el que puedan ser más productivos, además de generar capital para sus propietarios, crecimiento para la nación y mercados para la industria."
Pero esta idea de transformar a 1000 millones de familias del mundo en propietarias de un trozo de tierra cayó en saco roto.
¿Hasta ahora?.
Y mañana la venden y piden otra vez? como hacemos?
ResponderEliminarOjo, me parece bien en principio, pero la discusion es mas profunda y las soluciones un poco mas complejas.
La disputa es cultural y no se salda dando un poco de tierra a cada familia. Y los que estan en las ciudades? los que viven en departamentos?
Ademas, poner en practica esto es poner en jaque el sistema legal occidental, porque apunta al corazon del mismo, la propiedad privada. Si quiere le metemos, pero antes repartamos los fierros!
Creo que el estado debe gestionar la ampliacion de las ciudades dando oportunidades a todos para que tengan su tierra, alguno se las cobrara mas cara a otros mas barata, dispondra tierras para plazas, parques, clubes, parques industriales, universidades, etc. Ese creo que es el camino para profundizar el proyecto. Y no es poco, recuerde que Don Beccar Varela y su Tradicion, Familia y Propiedad mandaron a matar por la constitucion del 49 y sus limites a la propiedad privada.
Hay que recuperar la gestion del territorio para el Estado y no dejarla, como hasta ahora, en las manos de privados que especulan con la misma.
Saludos
los terrenos no se entregan "gratis". Vienen con una hipoteca a 20 / 50 años dependiendo de la capacidad de pago de cada flia.
ResponderEliminarLa propuesta de Hernando de Soto es "gra-tis". Las hipotecas impiden la escrituracion y el uso comercial pleno de la propiedad. Que es lo que se quiere estimular (y no el derecho a la vivienda o la justicia social, que en todo sera un derivado, ojo, en la propuesta de De Soto al menos)
ResponderEliminarCual es el problema si la venden y piden otra? Precisamente es lo que se busca estimular. Al ser una propiedad legal cuando piden otra hay un documento legal que dice cuanto y cuando se llevaron al bolsillo al vender la primera.
el problema es que el espacio es limitado.
ResponderEliminarUn inmueble hipotecado TIENE que tener escritura de propiedad. Se puede vender mientras el acreedor acepte el cambio de deudor y el comprador asuma la deuda. Pasa todo el tiempo en el "libre mercado".
Con las viviendas otorgadas por planes sociales no, la ciudad de Buenos Aires esta llena de casas con una cuota paga, como no se paga mas no hay escritura. El espacio fisico no es problema: Ya lo estan ocupando.
ResponderEliminarHay un estudio sobre las tomas de tierra en la zona de Solano y Monteverde (la triple frontera de Quilmes, Alte Brown y Varela) donde se demuestra que las familias que lograron escriturar sus lotes, en los 70, pudieron mejorar sus condiciones de vidas frente a aquellas que, por distintas razones, llegaron a los 2000 sin poder tener escrituras.
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